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09 diciembre 2024

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En Polinesias, una cooperativa de mujeres busca soluciones laborales y ambientales

By 24 abril, 2023No Comments

Se dedican a cultivar árboles nativos y están buscando un espacio para trabajar. Presentaron un proyecto a la municipalidad para limpiar los basurales del barrio y transformarlos en lugares de trabajo, pero las respuestas no cumplieron las expectativas.

La Cooperativa de Mujeres Emprendedoras Polinesias está en el barrio Polinesias
Esta zona cuenta con gran cantidad de basurales, frente a lo que la cooperativa intenta generar un cambio, pero las respuestas, según indican desde la cooperativa, no son suficientes.

Se dedican a la producción de árboles nativos, principalmente algarrobo. Mujeres Emprendedoras Polinesias tiene más de 80 asociados y asociadas del barrio, pero hoy solo pueden trabajar 12 mujeres, ya que no tienen lugar donde cumplir tareas y todo se realiza en las casas particulares. Desde la cooperativa indicaron que presentaron un proyecto ante la municipalidad para limpiar los basurales y utilizar esos territorios para resolver tanto la situación laboral como la ambiental.

“El proyecto que planteamos es mucho más amplio. Es huerta comunitaria orgánica en un polígono de tierra; en otro polígono, hacer la parte de vivero forestal de árboles nativos; y en otro, hacer el vivero floral. ¿Por qué queremos tantos predios? Porque todos estos predios son basurales”, explicó a ANSOL Joaquín Elgueta, integrante del Consejo de Ambiente de Villa Allende, también colaborador de la cooperativa.

Sin embargo, desde la intendencia sólo ofrecieron darle un comodato de 1000 metros cuadrados en el barrio: “Hoy, la gente vive en el medio de los basurales o en frente de los basurales en estos barrios. Entonces, la cooperativa planteaba la remediación del ambiente a través del trabajo. La municipalidad no solo es quien no levanta esa basura, sino que tampoco deja que hagamos algo para remediar ese ambiente. Con solo limpiar el basural no alcanza; al otro día, tenemos de vuelta basura”, aseguró Elgueta.

El colaborador de la cooperativa señaló: «Vamos a tomar los mil metros, por supuesto, es preferible mil metros que nada, pero no resolvemos el problema. El problema no se resuelve porque no es solo laboral, sino también es ambiental, sanitario y de salud«.

Según comentó el integrante del Consejo de Ambiente, “la propuesta de la cooperativa era perimetrar el espacio, poner iluminación y trabajar adentro; no hay forma de que ingrese después basura, independientemente de que el vecino abre la puerta y ve árboles o flores, no es lo mismo que ver un montículo de basura”.

La producción de árboles nativos

Al no tener espacio fijo, los árboles producidos están repartidos en las distintas casas de los integrantes de las cooperativas. En ese sentido, Joaquín Elgueta expresó: “Hay arriba de 10.000 árboles elaborados, la verdad que tenemos que seguir produciendo para poder vender o cumplir los compromisos de venta y no tenemos dónde ubicarlos”.

Estos árboles ya se han comercializado vendiéndolos al municipio o a asociaciones ambientales. La problemática principal se debe a que los árboles si o si deben pasar bastante tiempo en la cooperativa hasta poder ser vendidos, por una cuestión natural de los procesos de crecimiento forestal.

Elgueta detalló el proceso de producción: “Se recolecta la semilla en la reserva que tenemos en Villa Allende, que por si es una reserva que está en peligro de que desaparezca, y nos lleva un año que el plantín llegue a 10 centímetros, pero no se comercializa los 10 centímetros, se comercializa pasado los 50”.

“Es decir, tenemos que tener un año más el árbol en estado vegetativo y cuando llega ese volumen tenemos el triple de producción, es decir, necesitan mucho espacio porque el tiempo de guardado es de tres años”, concluyó.

Esos tres años de guardado se están cumpliendo en este momento, y por eso la problemática aparece en este momento y no antes.